“Hace muchos años, cuando iba a la escuela, el maestro siempre decía: «¡Los bolsillos tienen que estar vacíos!». Nuestros bolsillos estaban llenos de canicas, piedras, animales, palos... Si los niñ@s que llegan con tres y seis años a la escuela saben porque han vivido tres y seis años en una familia descubriendo muchas cosas y desarrollando muchas habilidades, no podemos pedirles que se sienten y se callen; que escuchen lo que dice el maestr@ e intenten recordarlo para luego repetirlo. ¿Cómo encaja lo que sugiere el profesor con lo que los alumnos saben o no saben? ¿Los ayuda a crecer o crea confusión, desorden, incomodidad y rechazo?”. (Francesco Tonucci) Y nuestros futuros maestros y maestras, ¿cómo tienen sus bolsillos? ¿Cómo encajan lo que aprenden con lo que saben o no saben? ¿Les ayuda a crecer?
"Many years ago, when I went to school, the teacher always said:" The pockets have to be empty! ". Our pockets were full of marbles, stones, animals, sticks.... If the children who arrive with three and six years of school know because they have lived three and six years in a family discovering many things and developing many skills, we cannot ask them to sit down and shut up; that they listen to what the teacher says and try to remember it and then repeat it. How does the teacher suggest what the students know or do not know? Does it help them grow or create confusion, disorder, discomfort and rejection?" (Francesco Tonucci) And our future teachers, how do they have their pockets? How do they fit what they learn with what they know or do not know? Does it help them grow?
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