El concepto del desarrollo ha sufrido una evolución positiva a lo largo de estos últimos cincuenta años. Desde el desarrollo como crecimiento exclusivamente económico se ha pasado al desarrollo sostenible desde el punto de vista ambiental y después al desarrollo sostenible desde el punto de vista social. No puede haber desarrollo sin desarrollo de la justicia. Por eso, no es suficiente centrarse en la ayuda al desarrollo sino que hay que pasar a la justicia con el desarrollo. La práctica del comercio es considerada como uno de los elementos básicos que puede favorecer el desarrollo social desde la clave de la justicia. Educar para el desarrollo ha de sobrepasar los modelos que se diseñan desde el marco de la ayuda voluntaria y graciosa para adentrarse en diseños que incluyan la justicia. Igualmente educar para el desarrollo ha de incluir, además de la animación sociocultural y de la educación para la participación ciudadana, un ámbito específico que haga referencia a la educación para la ciudadanía económica. El caso de la educación para el Comercio Justo puede ser un caso ejemplar y extensible a otros ámbitos microeconómicos de actuación ciudadana.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados