Bilbao, España
Quizá el cambio más significativo en relación al ocio ha sido su propia consideración: el ocio como algo socialmente imbricado y que incluye una diversidad de actividades que suponen una multiplicidad de resultados; todo ello con dimensiones políticas y económicas. Se puede afirmar que hoy más allá de las diferentes manifestaciones de ocio, aunque importante también, se debe plantear el concepto de ocio que asumimos. “Un ocio que va más allá de la mera diversión, el consumo material, el ocio pasivo o la simple utilización del tiempo libre, es un concepto de ocio abierto a cualquier perspectiva presente y futura, pero al mismo tiempo, entendido como marco de desarrollo humano y dentro de un compromiso social” (Cuenca, 2000). La relación entre ocio y desarrollo humano, implica que gran parte de los esfuerzos se ubiquen en las necesidades de la ciudadanía, intentando identificar e interpretar las demandas, necesidades y motivaciones de las personas y su relación con la construcción de vidas humanas más plenas. Desde Estudios de Ocio entendemos que el ocio es una experiencia humana integral y un derecho humano fundamental, el ocio se caracteriza por ser un espacio de protagonismo y autonomía, donde se disfruta y vivencia, participando de una forma activa y plena, es un ámbito que aporta beneficios a toda persona y en el que las barreras para poder participar deben estar minimizadas. El ocio es un ámbito esencial en la vida de toda persona, y es fundamental lo que aporta al desarrollo integral de la persona.
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