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Soporte nutricional en pacientes con fallo intestinal

  • Autores: José Joaquín Alfaro Martínez, Elena Carrillo Lozano, Antonio Hernández López, Francisco Botella Romero
  • Localización: Dietoterapia, nutrición clínica y metabolismo / coord. por Daniel Antonio de Luis Román, Diego Bellido Guerrero, Pedro Pablo García Luna, 2012, ISBN 84-9969-293-1, págs. 497-510
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Se define fallo intestinal como la reducción de la función intestinal por debajo del mínimo necesario para la absorción de macronutrientes y/o agua y electrolitos, de forma que es necesaria la suplementación intravenosa para mantener la salud y el crecimiento. Cuando la reducción de la función intestinal no implica necesidad de suplementación intravenosa se habla de insuficiencia intestinal. El fallo intestinal puede deberse a SIC, fístula intestinal, dismotilidad intestinal, obstrucción mecánica o enfermedad extensa de la mucosa. El SIC se define como el resultado de la pérdida de intestino o masa de enterocitos causado por una resección quirúrgica, defectos congénitos o enfermedad médica, y desde un punto de vista anatómico como aquella situación en la que la longitud intestinal es menor del 30% de lo normal, lo que supondría 75 cm en los niños y 200 cm en adultos. La gravedad del SIC depende de la longitud del intestino remanente, tramo afectado, presencia o ausencia de válvula ileocecal, conservación o no del colon y salud del intestino remanente. Una FEC se define como una fístula desde el tracto gastrointestinal intraabdominal al exterior del cuerpo. En función del débito por la misma se habla de fístulas de bajo débito cuando este es menor de 500 ml/día y de alto débito cuando es mayor de esta cantidad. La POIC se define como un trastorno, raro pero severo e incapacitante, caracterizado por síntomas crónicos y/o recurrentes que sugieren obstrucción intestinal, incluyendo la objetivación radiológica de dilatación intestinal y niveles hidroaéreos en ausencia de una lesión fija que condicione obstrucción. El manejo nutricional es vital tanto en la insuficiencia como en el fallo intestinal. Desde un punto de vista dietético, en el SIC debe recomendarse una hiperfagia compensadora. Los pacientes con diarrea o débitos altos por ostomías terminales, especialmente yeyunostomía, deben evitar la ingesta de líquidos hipo o hipertónicos, e ingerir soluciones isotónicas que contengan sodio y glucosa, como la solución de rehidratación oral de la OMS. En cuanto al soporte nutricional artificial, por definición los pacientes con fallo intestinal precisan NP, pero en la medida de lo posible esta debe ser complementada con dieta oral y/o nutrición enteral, en general con fórmulas poliméricas. Es frecuente tener que suplementar con vitaminas y minerales, especialmente en pacientes que no reciben NP. Desde el punto de vista farmacológico se emplean fármacos antisecretores gástricos, opiáceos para enlentecer el tránsito intestinal como la loperamida y en algunos casos octreótido y otros fármacos. La teduglutida ha supuesto una mejoría muy significativa en el manejo de los pacientes con SIC. En última instancia, algunos pacientes con fallo intestinal pueden beneficiarse del trasplante intestinal.


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