Valencia, España
Castellón, España
La presente comunicación aborda la temática de la diversidad funcional (discapacidad), la inclusión educativo-laboral y en becas de movilidad como camino hacia la vida independiente. Según datos de 2015, en España, había 1.774.800 personas con diversidad funcional en edad de trabajar (de 16 a 64 años), es decir el 5,9 % de la población total en edad laboral. Dentro de este colectivo se observa una tasa de paro del 31,0 % y una tasa de empleo del 23,40 %. Estos datos muestran una escasa inclusión laboral en la población más joven con diversidad funcional, con edades comprendidas desde los 16 a 44 años, pese a ser este segmento el mejor preparado académicamente para acceder al mercado laboral.
Existe una relación entre el empleo y el nivel de estudios, siendo los titulados universitarios quienes experimentan un menor desempleo. Además de la formación, es clave en la empleabilidad el papel del autoempleo como una opción a la inserción laboral vinculada con los estudios universitarios y el aporte de las becas de movilidad. Sin embargo en el proceso de formación se debe de tener en cuenta la accesibilidad con la que cuentan las personas con diversidad funcional para poder llevar a cabo una educación inclusiva, teniendo en cuenta que este es uno de los grandes retos de nuestra sociedad actual: garantizar la igualdad y equidad en el ámbito educativo tal y como dicta la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas de 2006. Los datos del censo universitario desvelan que en 2012 se matricularon 1.450.036 estudiantes en el sistema universitario español 10, de los cuales 12.676 estudiantes universitarios tenían diversidad funcional [1], lo que supone un 0,87 % del alumnado universitario. Estos datos están muy alejados de garantizar la igualdad y equidad que se pretende fomentar desde la normativa europea, si bien una vez el alumno forma parte de la universidad puede disponer de becas para la movilidad y ayudas extraordinarias para garantizar la igualdad de oportunidades (SEPIE), las cuales son relevantes dado que favorecen la inserción laboral de sus beneficiarios, pues por ejemplo, la tasa de paro de los estudiantes Erasmus es un 23 % inferior a la del resto de universitarios en España11. Es por ello que resulta imprescindible compartir aquellas experiencias universitarias que han resultado exitosas e inclusivas a fin de motivar a otros estudiantes a ser partícipes de éstas, en el marco de las cuales se desarrollan toda una serie de habilidades o competencias tanto transversales como específicas, y de emprendimiento. Es por ello que en el presente artículo se repasarán las experiencias personales vividas en primera persona a través de las diferentes becas de movilidad Erasmus y Leonardo y cómo estas experiencias ayudan a la inserción laboral o al emprendimiento, proponiendo pautas a seguir y mejoras para ayudar a futuros estudiantes con necesidades similares.
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