Pana Alves, Pablo Burriel Llombart, José Antonio Cuenca Morales, José Luis Fernández, Coral García, Mario Izquierdo, César Martín Machuca, Carmen Martínez Carrascal, Enrique Moral-Benito, Carmen Sánchez Carretero, Isabel Sánchez García, Ana Gómez Loscos
La economía española mantuvo un comportamiento expansivo en 2019, si bien su ritmo de crecimiento fue algo inferior al de 2018. Esta moderación fue resultado del menor dinamismo de la demanda interna, que contrarrestó el repunte de la contribución del sector exterior. La desaceleración de la demanda interna reflejó la evolución del consumo privado y de la inversión, mientras que la aportación de la demanda externa se explica por la ralentización de las importaciones y el avance algo mayor de las exportaciones. En línea con estos desarrollos, la creación de empleo aminoró su expansión. Con todo, la economía española presentó mayor resistencia al deterioro del entorno exterior que el área del euro, de manera que conservó un diferencial de crecimiento positivo. Por su parte, las presiones inflacionistas se mantuvieron contenidas, a pesar del ascenso de los costes laborales unitarios. En este contexto, la economía española presentaba a principios de 2020 una trayectoria de moderación gradual del ritmo de su crecimiento hacia su tasa potencial. Estas perspectivas económicas se han visto completamente alteradas por la crisis sanitaria global provocada por la pandemia del Covid-19, que afecta con virulencia a un número muy amplio de países, incluida España, e implica una disrupción muy severa de la actividad económica, cuya duración e intensidad está rodeada actualmente de una gran incertidumbre.
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