Tanto el sistema alimentario como el consumo de alimentos han experimentado grandes cambios desde mitad del siglo XX a nuestros días. En estos años tanto la sociedad, la organización política y la economía han sufrido cambios radicales. La forma de producir, transformar y comercializar alimentos es una de las muchas cuestiones que han cambiado radicalmente, así como la política agraria. En buena medida esos cambios se deben a la propia dinámica del sistema alimentario, el crecimiento de las empresas, el auge de la publicidad, el desarrollo de las marcas, el crecimiento del consumo mundial, etc. Pero además ha surgido un nuevo actor, la gran distribución organizada, que en todo este periodo y de forma creciente ha dejado sentir su influencia en la estructura de la cadena de producción de alimentos, ha condicionado la estrategia de las empresas industriales y de las redes comerciales, ha forzado un enorme desarrollo logístico y se ha acercado a al origen. Por otra parte, más allá de los circuitos comerciales de radio corto, la estrategias en cuanto a gama de productos, gestión de lineales, promociones, política de precios y otras cuestiones han condicionado en buena medida la composición de la cesta de la compra, en un continuo mecanismo de adaptación a la demanda óptimizando los resultados entre las tendencias globalizadores y los gustos locales. En esta comunicación se reflexiona, con ejemplos concretos en los distintos subsectores, sobre la influencia de la gran distribución en los dos ámbitos en cuestiones tales como la estrategia en los lineales condiciona la producción agraria, industrial, la estructura industrial y de las redes comerciales, las formas de comprar y el consumo. Asimismo, se aborda, también con ejemplos concretos, el tipo de relaciones establecidas entre los distintos agentes y el papel jugado por cada uno de ellos.
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