Madrid, España
Esta comunicación parte de un enfoque sociológico y crítico y es de orden teórico. Su objetivo: evidenciar el papel de agencia de los movimientos sociales en la transformación social. La premisa de partida es que la consecución y democratización de los derechos de ciudadanía, sobre todo, políticos y sociales a finales del siglo XIX, y principios del XX, en España, es el resultado de la interacción dialéctica del contexto macro estructural y de variables micro sociales. Cuestionamos, pues, la tesis de la anticipación de los derechos de ciudadanía como causa de la extensión de los mismos (desde las clases más “altas” a las clases más “bajas”. Tesis propugnada por T. H. Marshall en 1949, y que es funcional a la ideología neoliberal) y defendemos que estos derechos han sido conquistados y precedidos por prácticas sociales anteriores a su institucionalización. Para ilustrar nuestra hipótesis revisaremos cómo y quienes participaron en el cambio social durante este periodo en España. Concretamente analizaremos el papel del movimiento obrero durante esta época, así como sus condiciones de vida y trabajo. Gran parte de nuestro análisis se basa en las Informaciones Orales y Escritas que recogió la Comisión de Reformas Sociales entre 1883 y 1889. Así nos centraremos en “la cuestión social” por excelencia, en un momento histórico de graves conflictos entre capital y trabajo. Concluimos que el movimiento obrero forzó, a pesar de las grandes dificultades, la extensión de los derechos de ciudadanía a las clases trabajadoras. Sentando así las bases del incipiente Estado de Bienestar y propiciando el tránsito de la sociedad de mercado (donde el Derecho Civil regulaba las relaciones laborales) a la sociedad salarial (Prieto: 1999, 2000, 2022) que instauró el Derecho de Trabajo y los derechos sociales asociados al empleo. Se pasó de una sociedad donde el individualismo económico dominaba las relaciones sociales, el liberalismo el plano político, y el individualismo metodológico el científico, a una sociedad donde el intervencionismo estatal comenzaba a dar sus primeros pasos. Fue una época de grandes transformaciones sociales que culminó con una relativa paz social, un nuevo Contrato Social, que poco a poco fue consolidándose. Sin embargo, actualmente la ofensiva neoliberal está socavando las bases de este consenso social, con un ataque sin precedentes al Modelo Social Europeo, destruyendo en tiempo record las bases del Estado de Bienestar, y encaminándonos a relaciones sociales y laborales propias del siglo XIX. Su arma ideológica es la extensión del pensamiento único, que se disfraza de visión neutral, objetiva y científica. Aprovechan la actual desigualdad de fuerzas entre capital y trabajo, y pretenden legitimarse en la crisis económica. Finalmente planteamos que es posible la RESISTENCIA, si los analistas sociales y movimientos colectivos ofrecemos alternativas y desmontamos las bases del pensamiento único (que, a veces, inconscientemente se interioriza como propio) que trata de neutralizar la respuesta social al recorte sistemático de los derechos conquistados, sembrando la desesperanza y minimizando el impacto que los movimientos sociales tienen en el cambio social.
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