Desde 1800 los compositores románticos cultivaron las modulaciones a tonalidades lejanas, haciéndose imposible contar con los timbales, que estaban limitados a dos notas. En esa época los timbales fueron experimentando diferentes evoluciones mecánicas para agilizar la afinación, pero los timbales cromáticos de pedal no aparecieron hasta 1881. Eventualmente algunos compositores como Schumann, Wagner o Verdi incurrieron en discordancias armónicas, prefiriendo escribir notas extrañas a la armonía para los timbales en lugar de prescindir de ellos. Este fenómeno fue denunciado por teóricos de la época como Gevaert o Forsyth, así como por Ernst Pfundt, timbalero alemán en la década de 1840. En la actualidad los intérpretes (timbaleros y directores) no tienen un criterio unificado sobre el tratamiento de estas discordancias. Hay un enfrentamiento entre los “grandes directores” y el movimiento Early Music. Mi propuesta consiste en modificar sólo las disonancias injustificables, y respetar el estilo de escritura propio de cada compositor
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