Tras la Guerra Civil la industria sidrera, que se hallaba en pleno crecimiento, experimentaría destacadas transformaciones; aunque durante la inmediata posguerra mantendría buena parte de sus constantes. El fenómeno se puede explicar por la fuerte implantación del producto y que fuese la única bebida a la que se pudiera acceder. Paradójicamente, la mejora de la situación económica no conllevaría un impulso para el sector y la fabricación de sidra padecerá coyunturas adversas. La transformación de los ámbitos de ocio marcará su fase más crítica a finales de los sesenta y principios de los setenta, resurgiendo con fuerza a continuación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados