Pese a los interesantes beneficios que cabe esperar del aprendizaje cooperativo, éste apenas ha tenido una repercusión práctica. En este artículo recogemos, a modo de reflexión, algunos motivos que pueden explicar este fenómeno, agrupados en tres categorías, según su origen esté en los alumnos, en los profesores, o en la propia institución y en la sociedad.
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