El creciente número de programas de doble inmersión español-inglés en los Estados Unidos demanda un análisis del papel que va a tener el español como lengua vehicular dentro del aula y como nexo enriquecedor de la sociedad de este país. En este artículo teórico repasamos el impacto negativo y de segregación lingüística que tuvieron medidas como la Proposición 227 en California para luego explorar el rol que puede llegar a tener el español, tras haberse aprobado la Proposición 58, como herramienta de equidad educativa y de globalización inclusiva. Argumentamos la posibilidad de crear ámbitos educativos donde el español tenga el mismo estatus lingüístico que el inglés. Así mismo, reivindicamos el valor del español como parte intrínseca de la historia y la idiosincrasia nacional de los Estados Unidos y reafirmamos la idea de coexistencia y enriquecimiento mutuo de ambas lenguas que nos permita convertirnos en un ejemplo de sociedad plural en términos de lengua y cultura.
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