"Perrier es la locura" y "Es perfecto. Es Perrier" eran los mensajes publicitarios de la marca francesa de agua mineral, emblema de consumo "natural" de toda una generación de yuppies. La contaminación de algunas botellas, además de demostrar que nada es perfecto, obligó a retirar toda producción del mercado. Ahora Perrier se apresta a relanzar su imagen con unas inversiones publicitarias sin precedentes en la compañía. Sus competidores, aunque con lágrimas de cocodrilo, lamentan los aspectos negativos del caso para el conjunto de las marcas, intentan, presumiendo de "puras", ocupar los huecos que Perrier ha dejado.
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