Parecerse físicamente a un famoso es rentable en publicidad: doble o nada.

• Localización: Campaña: Publicación quincenal para la comunicación publicitaria, ISSN 2483-3312, Nº. 372 (16 SEPTIEMBRE), 1990, págs. 32-37
• Idioma: español
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• Resumen

  • Las cifras astronómicas que las superestrellas del espectáculo piden sin titubear lo más mínimo por prestar su imagen para una campaña de publicidad obligan, muchas veces, a los creativos a poner en práctica el recurso de encontrar, sea como sea, la fisionomía que presente el mayor parecido posible con el rostro del intocable pretendido. Se trata de una apuesta de doble o nada a la que también se llega indefectiblemente cuando el ejercicio de las funciones del personaje deseado, caso de los políticos, impide el aprovechamiento comercial de tal situación o cuando el mito escogido para cantar las excelencias de un producto ha fallecido.

    Tantos inconvenientes para bordar las necesidades de comunicación de un cliente, así como la realización de cualquier otro tipo de actividad que esté vinculada con el mundo de la imagen, han transformado radicalmente la vida cotidiana de un reducido grupo de personas que viven por la cara, lo que no les exime de pasar algún que otro mal rato.