La región del centro occidente de Colombia, objeto de este estudio, luego de permanecer prácticamente deshabitada durante los tres siglos de la colonia española, tuvo un gran desarrollo que partió casi de cero, a raíz de la riqueza producida por el cultivo, beneficio y comercio del café. Durante el siglo XIX se ocupó el territorio y en la primera parte del siglo XX fueron ostensibles los beneficios económicos lo cual permitió un desarrollo acelerado de la región. La arquitectura, por tanto, cambió rápidamente de estilo llevando hacia la modernidad y dejando atrás materiales y técnicas constructivas tradicionales. Los oficios y las prácticas relacionadas con esta arquitectura tradicional se fueron olvidando hasta prácticamente desaparecer de la memoria colectiva. Sin embargo son muchos los metros cuadrados construidos en estos materiales que necesitan urgente e idónea intervención, pues allí habitan cerca de un millón de personas.
Los materiales tradicionales de esta arquitectura son la guadua (bambusa guadua), maderas rollizas y aserradas, la tierra, y la cal. Las técnicas constructivas son el bahareque de cuatro diferentes tipos:
bahareque de tierra, bahareque de madera, bahareque metálico y bahareque encementado; la tapia pisada, la carpintería de madera y la teja de barro. Es entonces una arquitectura de origen natural, vegetal y mineral, que espacialmente retomó los cánones de la arquitectura española implantada en otras regiones de Colombia.
Cada uno de estos materiales ha tenido un sistema de mantenimiento muy ligado al medio ambiente, al clima, al cultivo de los árboles, a la extracción de los minerales. El mantenimiento preventivo comienza en el cultivo y beneficio de guaduas y árboles, y en la explotación adecuada de los minerales. En consecuencia hemos indagado sobre estas prácticas tradicionales de mantenimiento para rescatarlas y ponerlas a tono con el mundo de hoy, permitiendo algunos aportes para su mejoramiento.
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