La construcción con tierra sigue siendo una de las alternativas que mayoritariamente utiliza la población mundial para hacer sus viviendas y hoy cuando el planeta está llegando al límite de sostenibilidad por los daños que ha infringido el modelo hegemónico de “desarrollo” es pertinente mantener y aumentar su uso. Este propósito pasa necesariamente por la investigación, el estudio y la innovación, incluyendo su normalización y se han obtenido muchos resultados en estos casi 65 años de trabajo alrededor de la arquitectura con tierra. Estos logros deben difundirse, insistiendo en romper el bloqueo que los gobiernos y entidades educativas han impuesto a este material. Las instituciones educativas de avanzada, las organizaciones y redes virtuales creadas por los profesionales y técnicos que visualizan que la construcción con tierra es una buena alternativa para el hábitat sostenible en el futuro, tienen el compromiso de tomar la tarea de la transferencia de conocimientos hacia la juventud profesional y técnica que no tiene acceso en sus universidades o institutos al estudio de la tierra como material de construcción, pues está desvalorizado y fuera del pensum por “su falta de utilidad”. Si esto no se hace, tomará fuerza la emergente “euforia por la rápida capacitación” para construir con tierra, pudiendo participar cualquier persona que lo desee a través de talleres o cursos donde se aprende a hacer una casa en una semana o en 15 días, llevándonos esto a las malas prácticas con la tierra que más bien desprestigian y ponen en peligro a las gentes que vivirán en esas edificaciones, si es que llegan a un final.
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