Si bien la ubicación de una obra audiovisual en un espacio físico concreto ha estado tradicionalmente motivada por cuestiones argumentales, estéticas o productivas, las implicaciones económicas que dicha ubicación ha demostrado han provocado, especialmente a partir de la última década del pasado siglo XX, una intensificación en el estudio de este fenómeno situado en los límites entre la creación audiovisual y la actividad turística. Interés científico que se ha manifestado tanto en el plano teórico a través del surgimiento de múltiples denominaciones y aproximaciones desde diversas disciplinas académicas, como en el de la investigación empírica, mediante el análisis de casos relevantes al respecto.La presente aportación pretende contribuir al estudio y caracterización de esta estrategia de doble sentido entre la producción audiovisual y la industria del turismo. Para ello se centra en el estudio de un caso, a priori, representativo al respecto y circunscrito al entorno geográfico español: el de la película Primos (Daniel Sánchez Arévalo, 2011), uno de los largometrajes españoles con mejores resultados en taquilla en el año de su estreno, y la pequeña localidad cántabra de Comillas en la que se emplaza, mayoritariamente , el filme. Así recurriendo a un análisis fílmico y estadístico, pretendemos verificar la que se articula como principal hipótesis de esta investigación, es decir, que la localización geográfica de la obra tuvo implicaciones económicas tanto para la productora del filme, como y especialmente, para el municipio seleccionado como espacio diegético
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