La incorporación del hormigón en la ejecución de estructuras de viviendas es relativamente reciente. El parque de viviendas con estructuras de madera es aún muy numeroso y, en general, concentrado en los cascos más antiguos de nuestras ciudades, donde muchas veces habitan las clases sociales más humildes.
Esta situación hace que, a menudo, no se preste la suficiente atención al cuidado y mantenimiento de la edificación, apareciendo una serie de patologías muchas veces originadas por la presencia de agua.
Intervenir en estos edificios es complejo debido a la falta de medios económicos, la convivencia con sus habitantes y su geometría estructural, muchas veces condicionada por la propia vivienda y los elementos que la ocupan. Se trata pues, en este artículo, de mostrar experiencias y exponer recomendaciones frente a estas actuaciones, siempre desde los aspectos de la intervención-ejecución y la afección a los ocupantes del edificio.
En cuanto al primero, intervención-ejecución, se abordan temas como el proceso de localización de la fuente de la patología, ejecución de catas e inspección, daños más habituales y dónde y cómo localizarlos, medidas de urgencia y forma más adecuada de proceder al apuntalamiento del edificio, procesos de ejecución de los refuerzos, etc.
En cuanto al segundo, la afección a los posibles ocupantes, esta viene condicionado por la singularidad de la actuación, los medios disponibles y el hecho de que, en muchas ocasiones, las labores y trabajos se lleven a cabo compartiendo el espacio físico con el propio inquilino, aunque en función del grado de intervención, esta parte se tenga que llegar a limitar.
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