Marcelo Belinche, Gladys Manccini, Rossana Viñas, Cinthya Diaz, Luciano Altamirano, María Florencia Juárez
El porcentaje resultante de la encuesta sobre consumos culturales realizado por la Secretaría de Medios de Comunicación de laNación y supervisada por el INDEC en 2005 fue contundente; el 52% de los argentinos no leyó un libro durante 2004. A partir deentonces y adhiriendo al supuesto del constante descenso en el interés por la lectura, varias consultoras privadas elaboraron ydistribuyeron sus propios sondeos entre los medios masivos de comunicación. Los mismos demostraron a nivel general la escasaimportancia de la lectura en nuestra sociedad. Pero, en ese número general y abstracto se pierden las particularidades de losdiversos sectores sociales que lo componen, y su complejidad debe ser estudiada desde diversas variables. En este sentido, lainvestigación intercátedra de los talleres de Comprensión y Producción de Textos I y II de la Facultad de Periodismo yComunicación Social de la UNLP, denominado "Los jóvenes y la lectura", indagó sobre ese supuesto distanciamiento tomandocomo objeto de estudio a los ingresantes 2006 y 2007. Los resultados obtenidos del seguimiento a través de encuestas realizadasdan cuenta del incremento en el nivel de lectura (en 2006, el 67% dijo haber leído de 1 a 5 libros, mientras que en 2007 eseporcentaje ascendió a 72%). Asimismo, el 66% dedica entre 1 y 3 horas diarias a la lectura. Quizás la forma de salvar la distanciaentre estos resultados y los proporcionados por la Secretaría de Medios de la Nación, sea invirtiendo la cuestión; los jóvenes nose divorciaron de los libros sino que tienen otra manera de relacionarse con la lectura. Ocuparse de cómo y qué leen nuestrosjóvenes es una forma de oír, ver y conocer su mundo.
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