Entre 1982 y 2007, las estructuras sociodemográficas familiares presentan dos rasgos nuevos e importantes: la tendencia hacia una relativa uniformidad de los tipos de hogares con hegemonía urbana y el creciente rol económico y reconocimiento de la mujer en la jefatura de hogar. Los hogares nucleares representan a 6 de 10 en el 2007; de este segmento 5 son nucleares completos. Los hogares nucleares incompletos cada vez se consolidan como tipos eminentemente urbanos. Los hogares extendidos ya son 3 de 10 en ese año mientras que los unipersonales 1 de 10. La escasa incidencia de las parejas sin hijos evidenciaría la unión para la procreación antes que pautas si se puede “modernas”. El promedio del tamaño de los hogares se redujo en sólo 0,84 persona en 25 años. El significativo aumento de las jefaturas femeninas, de 18,0% a 27,1%, se debió a su mayor educación, integración al mercado de trabajo y cambios en los valores. Si bien las mujeres aumentaron significativamente su participación económica entre 1992 y 2007, muy atrás se ubica su crecimiento como jefa de hogar. El incremento de la participación económica de casadas y unidas pero sin alcanzar la jefatura de hogar sería uno de los factores principales explicativos de ese rezago.
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