Ricardo Iglesias Segura, David Aceituno Silva
Durante 2014 se publicó The History Manifesto de Cambridge, que iniciaba su debate con la sugerente frase: «Un fantasma recorre nuestro tiempo: el fantasma de la corta duración». En dicho escrito se establece el estado actual de la historiografía, su afán cortoplacista y la necesidad de remirar el rol del historiador a partir de un retorno a los estudios basados en un análisis del tiempo de larga duración. En este sentido, se hace también necesario volver a pensar en la enseñanza de la temporalidad en la escuela, que ha sido uno de los principios articuladores en la asignatura de historia. Por tanto, ¿qué nos propone el actual debate historiográfico y qué podría ser útil para reflexionar acerca del presente, sus problemas y la enseñanza de la historia?
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