Alberto Abarca Sos, Berta Murillo Pardo, José Antonio Julián Clemente, Javier Zaragoza Casterad, Eduardo Generelo Lanaspa
A pesar de que la inactividad física está reconocida como un importante factor que contribuye al incremento de los niveles de obesidad y de otros problemas de salud, la mayoría de niños y adolescentes de las sociedades occidentales no realizan suficiente actividad física, para llegar a generar beneficios para su salud. El centro escolar representa una oportunidad para promocionar la actividad física, porque los niños permanecen gran parte de su tiempo en él. Para muchos escolares, las clases de Educación Física suponen el único momento a lo largo de la semana, en el que realizan práctica de actividad física. Tradicionalmente se ha considerado a la Educación Física como un área privilegiada en la promoción de la actividad física, bien de una manera directa, contribuyendo a la acumulación diaria de actividad física recomendada, bien de forma indirecta, promoviendo la actividad física fuera del centro escolar, a través del desarrollo de actitudes y competencias que permitan incorporar la conducta hacer práctica de actividad física, en el estilo de vida del individuo. Este artículo supone una reflexión sobre las relaciones entre la Educación Física y la promoción de la actividad física, analizando por un lado, el papel que debe jugar nuestra área que quizá deba estar más preocupada por atender aquellos aspectos motivacionales que favorezcan la adherencia a la práctica de actividad física presente y futura, y por otro, el rol del profesor de Educación Física, como facilitador y promotor de un estilo de vida activo y saludable, en coherencia con el modelo pedagógico de Educación Física y Salud.
Although physical inactivity is recognized as an important factor contributing to rising levels of obesity and other health problems, the majority of children and adolescents in Western societies do not get enough physical activity to generate health benefits. The school setting represents an opportunity to promote physical activity, because children spend much of their time in it. For many students, the Physical Education lessons represent the only time during the week in which they perform physical activity. It has traditionally been considered that physical education as a privileged area for the promotion of physical activity, in a direct way, contributing to the daily accumulation of physical activity recommended, and indirectly, promoting physical activity outside school, through the development of attitudes and skills which can help incorporate physical activity behavior in the lifestyle of the individual. This article is a reflection on the relationship between physical education and the promotion of physical activity, analyzing, first, the role to be played by our field that may need to be more concerned with addressing those motivational aspects that promote adherence to physical activity in the present and the future, and secondly, the role of the physical education teacher, as facilitator and promoter of an active, healthy lifestyle, consistent with the pedagogical model of Physical Education and health.
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