El camino más corto hacia el futuro no es rectilíneo, sino curvilíneo y espiral. Su curvatura pasa por la percepción de la insuficiencia y el error hasta la saturación de lo que se da por cierto y por bueno. Por lo que respecta a los tópicos del título, vamos a desarrollar la hipótesis de que se están enfocando mal para conocer la realidad a la que se refieren. Si así fuera, su aplicación podría ser incompleta, sesgada o errónea. Para afrontar este reto o esta posibilidad, los consideraremos desde otro constructo, casi inédito en nuestra educación occidental: la conciencia. La conciencia, puede conceptuarse como la capacidad de darse cuenta de la realidad exterior e interior, o sea, como un efecto del conocimiento. La conciencia, bien profunda o bien estrecha, es causa y consecuencia de la comprensión, así como de la formación de todo ser humano, que a su vez la determina.
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