Cuando el protagonista de Regreso al Futuro viaja en el tiempo hacia el pasado y se encuentra con la que más tarde será su madre, ésta se dirige a él llamándole Levi Strauss. El chico al principio no entiende nada, pero luego se da cuenta de que el bordado de ambas palabras en una de sus prendas de vestir le ha hecho crecer, por error, que ese es su verdadero nombre. Este es uno de los ejemplos de product placement mejor conseguido en la historia del cine de los últimos tiempos. El emplazamiento de la marca en un determinado momento de la película no sólo ha servido para aportar notoriedad al producto sino que ha contribuido a darle un toque de humor a la secuencia.
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