Introducción. En nuestros colegios, el profesorado se enfrenta a uno o dos niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) por aula, una alteración neurobiológica con tres ejes clínicos principales: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. En general, estos niños desarrollan peores habilidades psicolingüísticas, aunque más del 50% de esos problemas no son detectados, enmascarados por la conducta. La mayoría de los niños sufrirá algún tipo de impacto académico, principalmente en las áreas de la lectoescritura. Desarrollo. Las alteraciones del lenguaje del TDAH están principalmente relacionadas con las áreas semántica y pragmática y, en menor medida, con las áreas fonético-fonológicas. Son demostrables desde los primeros meses de vida, durante la etapa preverbal, tiempo en el que se modela el temperamento infantil, que puede catalogarse de difícil o inflexible y explosivo en el 56,5% de los niños diagnosticados de TDAH según nuestra experiencia. Sabemos, por otro lado, que muchos niños con este trastorno manifiestan dificultades para el desarrollo del juego, y el 30% de ellos, retraso del lenguaje. Un porcentaje no bien definido puede tener una problemática similar a la de los niños con trastorno del espectro autista, lo que dificulta aún más el diagnóstico diferencial. Conclusiones. El modelo mixto de intervención en el TDAH incluye el trabajo del lenguaje en el contexto de los programas cognitivo-conductuales y el desarrollo de las habilidades narrativas y de las competencias sociales a través de un taller de creatividad literaria. Se realiza una revisión de la problemática psicolingüística que afecta a los chicos con TDAH a la luz de nuestra experiencia y otras evidencias clínicas.
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