Los consumidores son seres sensoriales que necesitan relacionarse con los productos desde ángulos innovadores, participar de la búsqueda y develación de la marca y la esencia de la misma. Por ello las marcas están dejando de ser un nombre que pretende evocar un producto y están convirtiéndose en promesas. Promesas de colores, formas, espacios, emociones, vivencias, status, experiencias, estilos de vida, sabores, olores, relaciones y otros elementos de reconocimiento diferencial. Estas promesas se basan en el conocimiento de que el ser humano posee la capacidad de asociar sensaciones procedentes de los cinco sentidos y relacionarlas con conceptos e ideas, que a su vez generan sentimientos y emociones. Ésta es la base del marketing sensorial; una forma alternativa de hacer marketing, que apela a los cinco sentidos, a las emociones y sentimientos; al intelecto; porque se experimenta el mundo a través de los sentidos y es a través de éstos que entra el conocimiento en nuestro cerebro. Dentro del marketing sensorial hay una rama que se encarga de trabajar con uno de los sentidos menos explotados por los profesionales del marketing: el olfato. De aquí surgen los odotipos; la identidad olfativa de las marcas. Este documento estudia brevemente su definición y función y hace un análisis de las principales fortalezas y limitaciones al momento de implementar esta estrategia de marketing sensorial.
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