Deporte, calle, marca, sorpresa y entusiasmo ciudadano han sido los ingredientes de la campaña de eventos y acciones callejeras creada por Vilar Rosás a instancias de Nike para, después de la decepción sufrida por Madrid por la no consecución de los Juegos Olímpicos de 2012, los madrileños no abandonen sus sueños y dediquen todos sus esfuerzos a prepararse para volver a optar a ser sede de este evento. La ciudad es el plató, la localización soñada para la que no han hecho falta largos desplazamientos, y sus habitantes son los extras de lujo de una producción cuya única sofisticación es la que permite, gracias a unos vínculos acertadamente dirigidos, rentabilizar emociones y sentimientos. Deportistas de élite repartiereon impactos en distintos lugares de la ciudad y retaban a la gente a participar en un desafío de implicación total.
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