El mensaje de alegría, universilidad, compromiso, integración y solidaridad que siempre ha acompañado a Coca Cola, se renueva con un planteamiento mucho más rompedor en su nueva campaña de imagen. Sin olvidar que su objetivo último es vender refrescos, el spot, obra de Sra. Rushmore, se atreve a convertir un entierro en un canto a la vida. En un ejercicio de ensoñación, alguien puede preguntarse quién acudirá a su propio entierro. Y ahí está el resultado: jóvenes y viejos; ejecutivos y undergrounds; saltimbanquis, voluntarios del Prestige y superhéroes. Y Coca Cola en medio de todos ellos, como un nexo de unión, de igualdad entre todas las razas, clases y condiciones
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