La segunda edición de El Sol ha dejado, en general, un buen sabor de boca. Con los lógicos desacuerdos sobre tal o cual decisión, la impresión general que traslucen las opiniones recogidas en el transcurso del certamen, y que se reproducen a continuación, dan fe de que, por una parte, la mayoría de los delegados están de acuerdo con las decisiones del jurado y, por otra, de que la creatividad española está recuperando el buen pulso que mostró en sus mejores épocas. Los puntos de polémica, aunque no se hace fácil encontrarlos, podrían ser la decisión de otorgar el gran premio de televisión a Crossroads, de SCPF para BMW-película cuyos valores nadie discute pero que a algunos no le parecen bastantes como par ten alta distinción- y la muy alta cantidad que siguen poblando las aguas de las sección de publicidad gráfica
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