Aunque las cifras reflejan el notable y progresivo aumento de espectadores que comparten e interactúan con contenidos televisivos a través de las redes sociales, profesionales de distintas cadenas de televisión coinciden en señalar que aún la red no es una fuente de ideas a la hora de poner en marcha un programa. Los matices alrededor de esta afirmación son muchos: las redes generan ya mucha reflexión acerca de cómo pueden recibir los internautas el producto y se tiene en cuenta el sentimiento que se desprende de la red en cuanto a programación. Pero todavía no llega a ser determinante a la hora de elegir un formato y la reacción de los espectadores sociales aún no tiene la suficiente fuerza como para condicionar la evolución de los programas.
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