Ernesto Soto Reyes Garmendia, Heriberto López Ortiz
En este trabajo se analiza una modificación de la política presupuestal del gobierno mexicano que, según se considera, afecta desfavorablemente al país. El Banco Mundial aprobó en 1999 un préstamo a México por 606 millones de dólares, y en 2002 el Banco Interamericano de Desarrollo otorgó otro financiamiento por 300 millones de dólares. Ambos créditos apoyarán el proceso de descentralización hacia los estados y municipios tanto de recursos federales como de las responsabilidades y facultades para llevar a cabo actividades que actualmente realiza el gobierno federal, como la dotación de algunos servicios. La descentralización impulsada por los dos bancos no es la misma que discute el Congreso mexicano: el federalismo. Este trabajo intenta demostrar que aquélla tiene implicaciones económicas y sociales diferentes.
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