Francisco Pérez Fernández, Joanne Mampaso Desbrow, María Pilar González Lozano, Nereida Bueno Guerra, Beatriz Bernabé Cárdaba
La pena de muerte es una realidad social y cultural de la historia española reciente que, pese a su cercanía en el tiempo -fue definitivamente abolida del Código Penal en 1983-, sigue contemplada con visos de tabú y sometida a cierto olvido por gran parte de algunos sectores de la intelectualidad. De hecho, en tanto que procedimiento legal, ha pasado más por la revisión jurídica, histórica, e incluso médica, que por un debate psicológico, sociológico y antropológico rigurosos aún a pesar de sus evidentes implicaciones en estos ámbitos. A ello contribuyó de manera muy especial su retirada de la escena pública a finales del siglo XIX para quedar reducida, intramuros de las prisiones, a mero "acto legal" cumplido por supuestos especialistas -los verdugos- ante los ojos de determinados testigos especiales y de técnicos obligados por lo común al silencio.
Sin embargo, la pena de muerte -entre otras violencias comunes como el tormento o el auto de fe- formó parte de la vida cotidiana de los españoles entre los siglos XVI y XIX. Dotada de una obvia dimensión de espectáculo, era un discurso nítido acerca de las dimensiones éticas y psicológicas de la dominación por parte del poder y su capacidad absoluta para castigar determinadas conductas y actitudes.
Desde esta dimensión ética y política, la pena de muerte se convirtió en un lugar común de la cultura, fuera cual fuese su variante regional, y en un evidente "teatro moral" para la ciudadanía que pronto adquirió connotaciones psicológicas incuestionables. En este trabajo, por tanto, mostraremos las dimensiones psicoafectivas de las ejecuciones públicas en tanto que espectáculos supuestamente moralizantes, así como sus implicaciones éticas al hilo de un análisis acerca de los procedimientos y contextos empleados para la aplicación de la pena de muerte, así como de su evolución.
The death penalty is a social and cultural reality of recent Spanish history.
Despite their proximity in time -was finally abolished in 1983- is provided with an air of taboo and subject to certain forgotten by much of some sectors of the intelligentsia. In fact, while the legal process has been over for legal review, historical, and even medical debate that psychological, sociological and anthropological rigorous yet despite its obvious implications in these areas. Contributing to this very special way of withdrawal from the public scene in the late nineteenth century to be reduced, within the walls of prisons, with a mere "legal act" performed by specialists -the executioners- in front of the eyes of certain witnesses and special technicians usually forced to the silence.
However, the death penalty, among other common violence as torture or the auto, shaped part of the daily life of Spanish between the sixteenth and nineteenth centuries. Equipped with an obvious dimension of sight, was a clear discourse about the ethical and psychological domination by the power and absolute capacity to punish certain behaviors and attitudes. From this ethical and political dimension, the death penalty became a commonplace of culture, whatever their regional variation, and an obvious "morality play" for citizenship soon became unquestionable psychological connotations. In this paper, therefore, we show the dimensions of public executions while supposedly shows moralizing and ethical implications along the analysis of procedures and settings used for the implementation of the death penalty
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