El colectivo de madres blogueras se ha convertido en un auténtico lobby en Estados Unidos, donde son un verdadero grupo de presión y las marcas las tratan entre algodones para que hablen (bien) de sus productos. En España, este grupo de madres tecnológicas e influyentes también están comenzando a ser consideradas como líderes de opinión, aunque todavía a cierta distancia de lo que significan en Estados Unidos y Reino Unido, países donde su poder está más establecido y donde incluso muchas se han profesionalizado y algunas ganan hasta 3.000 dólares al mes. En nuestro país, empiezan a cohesionarse gracias a Twitter y a la existencia de plataformas como Madresfera, en las que tanto marcas como blogueras pueden compatir intereses y salir beneficiadas.
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