Ni siquiera por ser este un año olímpico, ni porque se cumplen veinte desde que naciera como bebida isotónica vinculada a la celebración en España de los Juegos Olímpicos de 1992, Aquarius va a renunciar en su próxima campaña a su objetivo de demostrar, por distintos vericuetos, que el ser humano es extraordinario. La historia de esta marca, de alguna manera, también lo es, y se ha visto fielmente reflejada en su publicidad.
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