En la teoría de la complejidad, un �atractor� es un conjunto al que el sistema evoluciona después de un tiempo suficientemente largo; un patrón reconocible tras la observación del sistema. Extrapolando el concepto, ciertas imágenes icónicas, escultóricas, acústicas, etc., algunos objetos artísticos y el museo moderno, como un privilegiado espacio de comunicación, responden a patrones arquitectónicos muy fuertes. Una reflexión semiótica sobre esta constatación ha permitido un bocetaje de constructivismo arquitectónico, tanto en el sentido estricto de arquitectura como en el sentido genérico y metafórico.
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