Fernando Enrique García Muiña, Eva Pelechano Barahona, José Emilio Navas López
En la literatura no existen resultados concluyentes acerca de las relaciones entre las decisiones de gestión del conocimiento que se toman en la empresa y su capacidad innovadora. Para avanzar en esta cuestión, el presente trabajo incorpora la complejidad de las capacidades tecnológicas como una variable mediadora y explicativa de tales relaciones, y plantea una definición del término en torno a dos dimensiones básicas, complejidad endógena y complejidad exógena. Esta definición permite mejorar la comprensión del papel de las fuentes de conocimiento y su posterior codificación a la hora de desarrollar innovaciones tecnológicas, tanto de carácter incremental como radical.
Según los resultados obtenidos en una muestra de empresas de biotecnología españolas, es posible concluir que para potenciar la actividad innovadora de la empresa, se deberá promover la construcción y explotación económica de capacidades tecnológicas complejas en sus dos dimensiones, como consecuencia de los efectos positivos derivados de la presencia conjunta de conocimientos tácitos y explícitos. De esta forma, es posible argumentar la necesidad de acudir a fuentes internas y codificar el conocimiento acumulado para mejorar la actividad innovadora de las empresas.
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