Gema Sáez Rodríguez, Antonio Monroy Antón
La sordera supone una discapacidad que está presente hoy en día en el mundo actual bien sea por motivos genético o heredados o por trastornos que se ha sufrido a lo largo de la vida que han derivado en esa discapacidad. El hecho de padecer una sordera, no debe suponer una traba para poder desarrollar una vida completamente normal, y así existen aparatos que sirven para paliar la misma. En cuanto a la sordera y su repercusión en la actividad física, esta no debe interferir en su correcto desarrollo, ya que mediante diversas actuaciones se puede lograr una perfecta armonía. A través de adaptaciones curriculares individuales, la integración de las personas con pérdida de la audición y adaptación colectiva se puede desarrollar en buenas condiciones la práctica de la actividad física. Otro de los ámbitos que también interfieren en la sordera y la educación física son las escuelas deportivas que pueden ser tanto especiales para niños sordos como para colectivos sin discapacidades con adaptaciones, que suelen tener lugar en los colegios y que sirven para una mejor relación entre los individuos y una mejora motriz.
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