Francesc Beltrán Serrano, Margalida Bernat Roca
A lo largo de la Edad Media pescado siempre fue visto como un alimento secundario, de época calidad y nada satisfactorio en comparación a la carne. Pero los preceptos religiosos obligaban a su consumo) durante una considerable cantidad de días a lo largo del año. De allí que existiera una hunda preocupación, por parle de las autoridades municipales, para que lo hubiera en los mercados en cantidad y en una suficiente variedad con la que hacer más llevadera su condimentación e ingestión. La Mallorca medieval responde perfectamente a esta pauta y, concretamente, para el S XIV se conocen una serie de normas reguladoras de la captura y distribución del pescado, de la considerable diversidad de especies atrapadas y de las actitudes renuentes de los consumidores ante algunas de ellas. De todo ello se intenta dar cuenta en este trabajo.
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