En el marco de la historia de la educación y de la acción social, la participación de los niños ha sido reconocida mucho antes que en el marco de la Convención sobre los Derechos de los Niños. La participación es algo más que un derecho. Podemos hablar de ella como de un principio educativo, un contenido formativo, un valor democrático y un procedimiento para aprender a aprender a participar. Este artículo analiza diferentes formas de participación infantil que implican escenarios para el ejercicio de los derechos civiles de los niños. La presentación de dos experiencias concretas tiene el valor añadido del compromiso de la administración municipal para hacer efectiva la implicación de los niños en aquellos temas que les afectan.
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