El mayor deterioro del aceite de oliva es debido a la inadecuada manipulación de las aceitunas durante el tiempo que media entre su cosecha y su procesado. El almacenamiento de las aceitunas se lleva acabo mediante el simple amontonamiento del fruto, esperando su procesamiento. Estos frutos desarrollan toda clase de procesos degenerativos en un corto periodo de tiempo. Los aceites obtenidos a partir de estos frutos exhiben deterioros hidrolíticos y oxidativos característicos, confirmados por sus valores altos de acidez, de índice de peróxidos o de absorbancia en la región ultravioleta a 232 y 270 nm. Para evitar esta situación, la industria intenta reducir al máximo el intervalo entre la cosecha y el procesado del fruto, mediante un aumento de la capacidad de molturación. Sin embargo, el equipo necesario para prevenir la acumulación de fruto en Enero no se precisa para el resto de la campaña. En este capítulo, la refrigeración de las aceitunas o el uso de tratamientos físicos, que permiten el procesado de frutos poco maduros, son analizados como alternativas posibles.
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