La escultura ha experimentado en el siglo XX, al igual que la pintura, determinados cambios que han alterado, y a la vez revitalizado, la practica artística del escultor. El lenguaje de las vanguardias se tradujo en la ruptura con los postulados artísticos anteriores y, consecuentemente, en la aparición de una estética nueva, a lo que también se sumó el progreso científico y tecnológico, con la aparición de materiales y técnicas nuevos que introdujeron cambios radicales. Acercarse a algunos de dichos cambios, que han modificado la practica artística del escultor, constituye el propósito de este artículo.
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