La acumulación de nutrientes por los frutos se manifiesta de una forma contínua a lo largo de todo su crecimiento, aunque el ritmo de absorción de los diferentes elementos es distinto para cada uno de ellos. La acumulación de calcio es máxima en la primera mitad del ciclo, descendiendo posteriormente durante el verano, en la fase de ensanchamiento celular. La captación del nitrógeno es máxima hacia la mitad del desarrollo de los frutos, en la fase del mayor engrosamiento celular. La acumulación de fósforo, al igual que la de potasio y magnesio, son máximas hacia mitad del ciclo y durante la época de maduración, en los últimos días de estancia del fruto en el arbol
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