La traducción de la Biblia en las lenguas vernáculas se problematiza, porque la lengua es semejante a un ser vivo con sus peculiaridades concretas en cada país. Sin embargo se observa que se prefiere traducir por equivalencias mecánicas, es decir, palabra por palabra y con el diccionario en la mano, en vez de combinar las palabras con las equivalencias idiomáticas, o dinámicas, las cuales se echan de menos en los momentos conflictivos de la traducción. El autor analiza esta situación con base en siete textos: 1Mac 2,24; 1Mac 14,9;
Jn 1,14; Jn 15,12; Mt 5,3-9; Ap 4,9-10; Col 2,9
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados