Las primeras manifestaciones de la conducta antisocial en la escuela

• Autores: Manuel Gras Tornero, Gerard Martínez Criado
• Localización: Revista electrónica interuniversitaria de formación del profesorado, ISSN-e 1575-0965, Vol. 5, Nº. 4, 2002 (Ejemplar dedicado a: Medios, violencia y escuela)
• Idioma: español
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• Resumen

  • Las investigaciones la conducta antisocial y la agresividad, han desarrollado diferentes marcos para su explicación, entre los que podemos destacar desde las teorías del aprendizaje social, teoría de la interacción social, teoría los guiones, hasta las teorías neoasociacionistas cognitivas que incluyen los procesos cognitivos superiores. En general atribuyen su etiología a factores endógenos o a causas exógenas, fundamentalmente a las consecuencias de la presión del ambiente sobre los individuos. Sin embargo, es posible que comience desde un impulso emocional primario, que esté fuertemente condicionado por la educación recibida en los primeros años de la vida. Estas influencias contextuales y educativas pueden generar tendencias y comportamientos antisociales diferentes en determinados grupos. En este trabajo presentamos los resultados de la observación de estas manifestaciones de conducta en una muestra de niños a lo largo de la Etapa de la Educación Infantil (3 a 5 años), mientras realizan actividades libres durante el recreo en el patio de la escuela. Los más pequeños (3 años) muestran una cantidad de conductas antisociales similar a la que aparece en el grupo mediano (4 años) y ambos grupos menos que los del grupo de niños de mayor edad (5 años). Existen diferencias en función del género, estas conductas van disminuyendo desde los 3 a los 5 años en el grupo de las niñas, mientras que se incrementan en el grupo de los niños. También se han analizado las influencias de la actividad y del contexto ecológico, en la aparición de conductas antisociales y agresivas. Una posible explicación de estas diferencias podría estar relacionada por la distinta aceptación, censura y rechazo a estas conductas, por parte de los profesores y en los contextos familiar y social en los niños y en las niñas. En futuras y más detalladas investigaciones acerca de las intervenciones educativas de los adultos, y el análisis del contexto social, se podrían adoptar algunas decisiones sobre esta cuestión.