Los talleres de desguace, con sus bidones de grasa, sus carrocerías oxidadas y sus motores destripados, pronto van a ser cosa del pasado. También los cementerios de coches que salpican los márgenes de las carreteras y las afueras de las ciudades. Las nuevas directivas europeas sobre reciclaje de vehículos al final de su vida útil (que ya se están imitando a nivel estatal y autonómico) imponen procedimientos y normas a cumplir para que el proceso de desmantelación y reaprovechamiento de las piezas de los automóviles "jubilados" se realice con la máxima efectividad y respeto al medio ambiente.
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