Se está produciendo un revival que vuelve a centrarse en el papel de los cambios tecnológicos en cuanto al desarrollo económico y laboral, en forma de revolución digital o cuarta revolución industrial, sea bien en forma fatalista o tecnooptimista. Frente a estas perspectivas deterministas, de un signo u otro, merece la pena revisar en términos de largo plazo histórico, en el curso del desarrollo capitalista, cómo se produjeron las anteriores revoluciones industriales y observar el alcance real de las innovaciones técnicas que están surgiendo. Frente a una visión mecánica, la tecnología ha de concebirse como un campo social-instrumental en disputa. Los mismos principios técnicos pueden ser diseñados o aplicados en múltiples direcciones, en modo alguno neutrales respecto tanto a los intereses a los que pueda satisfacer, las consecuencias socioeconómicas que pueda tener, como a lo que refiere al metabolismo sociedad-naturaleza. Una mejor comprensión y caracterización del fenómeno de la semiautomatización y la digitalización será de utilidad para indagar sus efectos, a veces paradójicos, en el desarrollo de la acumulación en términos de onda larga, la organización del trabajo, como en sus implicaciones sociohistóricas.
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