Esta comunicación quisiera ser un ajuste de cuentas con la enseñanza recibida en la Facultad, demasiado deudora del pensamiento único. Lo hace centrándose en el tratamiento que tienen las relaciones laborales en uno de los manuales más extendidos en la Universidad pública española, en particular en la enseñanza de la asignatura Estructura Económica Española o Economía Española, en el capítulo titulado El mercado de trabajo: el manual de García Delgado. Se pretende mostrar que aquello que se presenta como verdad de fe, basándose en una bibliografía cuanto menos escasa y sesgada, está sujeto a controversia, no solo por escuelas heterodoxas sino también a veces por las propias instituciones que promueven el statu quo imperante. Para ello, se somete a crítica especialmente el tratamiento que reciben las instituciones del mercado laboral y los resultados que estas generan, introduciendo la diversidad de miradas alternativas cuyo sustrato teórico enraíza en teorías diferentes a la neoclásica. Todo ello abunda en lo que afirmaba Joan Robinson: estudiar economía para no ser engañado por los economistas. A lo que podría añadirse: hay dos tipos de economistas: quienes hacen más ricos a los ricos y quienes hacemos menos pobres a los pobres, que decía José Luis Sampedro.
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