Elisa Ramirez Catapano
Las ceramidas pertenecen a la familia de esfingolípidos (1). Durante años, se asumió que el papel de las ceramidas en las membranas biológicas era el de promover fuertes interacciones intermoleculares debido a su capacidad para formar puentes de hidrogeno entre cabeza-cabeza (2). Como consecuencia, tienden a segregarse y formar dominios ordenados que presentan carácter solido o similar al de un gel (3). In vivo, la ceramida puede aparecer en la membrana plasmática como producto de la hidrólisis de la esfingomielina, durante la apoptosis natural o cuando la muerte celular es inducida a través de algún stress celular (4,5). Las ceramidas no forman bicapas estables por sí solas, son desfavorecidas debido a su forma molecular (cono invertido) y sólo ganan suficiente estabilidad cuando son mezcladas con otros lípidos compatibles en la formación de bicapas, particularmente la esfingomielina. Las monocapas de Langmuir de ceramidas son por tanto útiles para entender las propiedades mecánicas de las ceramidas de membrana y su mezclas con lípidos que incluyan esfingomielina...
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