INTRODUCCIÓN: Durante la última década, la vitrectomía transconjuntival sin sutura 23-gauge ha sido adoptada por los retinólogos como técnica de elección en muchas de las patologías vitreorretinianas con indicación quirúrgica. A diferencia de la vitrectomía convencional 20-gauge, cuyas esclerotomías requieren de sutura al término de la intervención, la vitrectomía transconjuntival sin sutura permite la práctica de una cirugía mínimamente invasiva a través de incisiones autosellables sin puntos . Sin embargo, esta vitrectomía sin sutura se asocia a tasas de endoftalmitis e hipotonía superiores a las halladas tras vitrectomía convencional, a causa de la falta ocasional de oclusión incisional eficaz . Diversos autores han analizado el cierre de las esclerotomías tras vitrectomía mediante el estudio de la presencia de ampollas conjuntivales sobre dichas incisiones. Estos trabajos han identificado parámetros relacionados con la cirugía , la arquitectura y el calibre de las esclerotomías como factores implicados en la falta de cierre incisional. No obstante, otros factores pudieran influir también sobre el cierre de las esclerotomías, como supone la presencia de incarceración vítrea, la cual pudiera ejercer un efecto tapón sobre la incisión. En nuestro estudio, evaluamos la influencia del atrapamiento vítreo sobre la competencia incisional tras vitrectomía. Además, comparamos la capacidad de detección de ampollas conjuntivales que ofrecen la tomografia de coherencia óptica (OCT) de segmento anterior, la biomicroscopía ultrasónica (BMU) y la visualización directa. Dada la naturaleza invasiva del procedimiento realizado, empleamos un modelo experimental animal previamente validado .
MATERIAL Y MÉTODOS: Estudio experimental, aleatorizado y con observador enmascarado, que incluye 146 ojos de cerdo sobre los que se practicó vitrectomía transconjuntival sin sutura 23-gauge. Una vez finalizada cada vitrectomía, evaluamos la presencia de atrapamiento vítreo y de ampolla conjuntival incisional mediante OCT de segmento anterior, BMU y visualización directa. Las ampollas de espesor menor a la mitad del grosor escleral subyacente fueron clasificadas como grado 1; las ampollas de espesor mayor a la mitad del grosor escleral, como grado 2.
CONCLUSIONES: La presencia de incarceración vítrea incisional tras vitrectomía se asocia a una menor tasa de ampollas conjuntivales y por tanto, a una mayor competencia de cierre incisional. Además, la práctica de maniobras que reducen la incarceración vítrea, como supone la interposición de la sonda de luz en el interior canular durante su extracción, disminuye la capacidad de cierre de las esclerotomías. Por otro lado, la OCT de segmento anterior se mostró como el método más sensible en la detección de ampollas conjuntivales subclínicas (grado 1) y, por tanto, su uso pudiera resultar útil en el estudio de la influencia que diversas maniobras y factores quirúrgicos pudieran ejercer sobre la capacidad de cierre de las esclerotomías tras vitrectomía. La visualización directa, empleada en la práctica clínica habitual para determinar qué esclerotomía debería ser suturada tras la cirugía, es útil sólo para identificar ampollas de espesor importante (grado 2).
BACKGROUND: During the last decade, 23-gauge transconjunctival sutureless vitrectomy (TSV) has gained popularity and acceptance. In contrast to conventional 20- gauge sclerotomies, TSV allows minimally invasive vitreoretinal surgery using smaller sutureless incisions, as compared with conventional pars plana vitrectomy; however, they have been related to higher rates of endophthalmitis and hypotony, due to the occasional lack of incisional closure. Recently, some authors have studied the conjunctival bleb formation over sutureless sclerotomies after vitrectomy, resulting from sclerotomy occlusion incompetency. These studies have identified parameters related to the sclerotomy architecture and the surgery as factors involved in the postoperative sclerotomy leakage. However, other factors may influence on the sclerotomy closure competency, such as the presence of vitreous incarceration, which may work as an incisional plug. In our study, we evaluated the influence that the presence of vitreous incarceration may exert on incisional closure competency after vitrectomy. We also compared ultrasound biomicroscopy (UBM), anterior-segment optical coherence tomography (AS-OCT) and slit-lamp visualization for detecting conjunctival blebs in sutureless sclerotomies after vitrectomy. Due to the invasive nature of our procedure, we used an experimental animal model.
MATERIAL AND METHODS: Experimental study in which 23-gauge TSV was performed in 146 cadaveric pig eyes. Postoperative conjunctival blebs and incisional vitreous entrapment in superior sclerotomies were assessed by AS-OCT, UBM and slitlamp in a masked fashion. Non-detectable blebs were classified as grade 0, thin blebs as grade 1 and thick blebs as grade 2. No incarceration was classified as grade 0, thin incarceration as grade 1 and thick incarceration as grade 2.
CONCLUSION: Vitreous incarceration in sclerotomies is related to less incisional leakage in our experimental model. Maneuvers that reduce vitreous entrapment, such as the interposition of a non-hollow probe during the cannula extraction, could decrease the sclerotomy closure competency. On the other hand, AS-OCT is the most sensitive technique for detecting subclinical blebs (grade 1) and thus, it may be useful in research for studying the influence that surgical factors and maneuvers may exert on sclerotomy closure capacity after vitrectomy. Direct visualization, that is used in routine clinical practice to determine which sclerotomies should be sutured, is useful only to identify thick blebs (grade 2) after vitrectomy.
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