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Exercise and dehydratation; assesment at the whole body and skeletal muscle levels and its effects on glycogen use and resynthesis

  • Autores: Valentin Emilio Fernandez Elias
  • Directores de la Tesis: Ricardo Mora Rodríguez (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Castilla-La Mancha ( España ) en 2015
  • Idioma: inglés
  • Tribunal Calificador de la Tesis: José González-Alonso (presid.), Luis María Alegre Durán (secret.), José Antonio Casajús Mallén (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: RUIdeRA
  • Resumen
    • La deshidratación durante el ejercicio en el calor perjudica la termorregulación y produce hipertermia, la cual a su vez perjudica el rendimiento deportivo provocando fatiga prematura. En ocasiones los deportistas se deshidratan intencionadamente para competir en una categoría por debajo de su peso corporal habitual (deportes de combate) o para aumentar su cociente peso-potencia (ciclistas o saltadores de atletismo). Por el contrario, algunos deportistas no se deshidratan intencionalmente, sino que no son conscientes de su estado de deshidratación. El primer paso para prevenir la deshidratación y sus consecuencias negativas es evaluar el nivel de hidratación, sin embargo, no todas las técnicas son adecuadas para evaluar la deshidratación en situaciones reales de competición o entrenamiento. La sudoración es la principal vía de disipación de calor de que dispone el cuerpo humano durante el ejercicio. Sin embargo, sudar, reduce el contenido de agua corporal y quizás existan mecanismos para inhibir la tasa de sudoración y poder conservar el agua corporal durante el ejercicio prolongado. De otro lado, la deshidratación progresiva que tiene lugar durante el ejercicio en un ambiente caluroso va acompañada por un incremento en la temperatura corporal interna que es un estimulante de la sudoración. El resultado en la tasa de sudoración durante el ejercicio en el calor de las señales inhibidoras (deshidratación) y estimuladoras (hipertermia) no está claro. Además, la pérdida de fluido corporal puede afectar al contenido de agua en los músculos y tener implicaciones en el metabolismo del glucógeno muscular, que es la principal fuente de energía durante el ejercicio. En el primer estudio se compararon 4 índices no invasivos de hidratación (gravedad específica y color de la orina, percepción de la sed y bioimpedancia eléctrica) con la osmolaridad de la orina de 345 deportistas de combate en una situación real de competición. Se encontró que la gravedad específica de la orina fue el mejor indicador del nivel de hidratación e hipohidratación. El color de la orina también resultó ser una buena herramienta para medir hidratación. Sin embargo, la percepción de la sed y la bioimpedancia eléctrica no fueron índices válidos. En el segundo estudio se evaluó el efecto de la deshidratación progresiva durante el ejercicio en el calor sobre la respuesta sudomotora y su reproducibilidad en distintos niveles de deshidratación (1.6 y 3.6 %). Se halló que, a pesar de la continua pérdida de agua corporal, la tasa de sudoración y la excreción de sodio en el sudor se mantuvieron. Se encontró también un aumento en la relación tasa de sudoración dividida por grado de temperatura intestinal, sugiriendo una estimulación de la respuesta sudomotora mediada por factores no termales. La reproducibilidad de las variables relacionadas con la sudoración mejoró con la deshidratación. En el tercer estudio se analizó la contribución del agua muscular al equilibrio de fluidos durante el ejercicio deshidratante y su papel en la recuperación del volumen plasmático durante la posterior recuperación. Se recogieron muestras de tejido muscular y se encontró que el contenido de agua muscular no contribuyó a la sudoración durante el ejercicio, pero sin embargo si contribuyó a la recuperación del volumen de plasma, y por tanto, a la estabilidad cardiovascular durante la primera hora después del ejercicio. En el cuarto estudio se determinó si la deshidratación muscular por sí misma, o en combinación con la hipertermia, aceleraban el uso de glucógeno muscular durante el ejercicio intenso. Los participantes se deshidrataron realizando ejercicio prolongado (150 minutos) hasta que perdieron un 4.6% de su peso corporal. En las 4 horas siguientes de recuperación, se les proveyó con carbohidratos y agua o solamente con carbohidratos produciéndose un 11% de déficit en el contenido de agua muscular. Después, los participantes volvieron a realizar 40 minutos de ejercicio intenso (75% VO2MAX) estando en una ocasión a) con déficit de agua muscular en ambiente neutral (22ºC), b) con el musculo rehidratado en ambiente neutral (22ºC) o c) con el músculo rehidratado en ambiente caluroso (35ºC). Se encontró que la hipertermia estimula el uso del glucógeno muscular mientras que la deshidratación muscular no aceleraba el uso del glucógeno muscular cuando el ambiente era neutral. En el quinto estudio se estudió cuánta agua es requerida para almacenar glucógeno en el músculo esquelético durante la recuperación posterior al ejercicio deshidratante y deplecionante. Además, se intentó establecer la cantidad de agua necesaria para almacenar cada gramo de glucógeno. Los participantes se deshidrataron un 4.6% pedaleando durante 150 minutos y después ingirieron 250 gramos de carbohidratos con 400 mL de agua en una ocasión, y con la cantidad de agua equivalente al fluido perdido durante el ejercicio en otra. Se encontró que, al menos, 3 gramos de agua son necesarios por cada gramo de glucógeno almacenado en el músculo esquelético. Mayores cocientes entre el agua y el glucógeno almacenado son posibles probablemente debido al agua almacenada en el músculo no unida al glucógeno. Las conclusiones finales obtenidas fueron: 1) la gravedad específica y el color de la orina son los índices no invasivos más precisos para evaluar el estado de hidratación fuera de un ambiente de laboratorio. 2) Durante el ejercicio en el calor, a pesar de las pérdidas de fluido corporal, la sudoración se mantiene, probablemente debido a factores no termales. 3) El agua muscular de músculos previamente activos puede contribuir a la recuperación del volumen plasmático en la primera hora después del ejercicio. 4) La hipertermia es el principal factor que estimula el uso de glucógeno durante el ejercicio en el calor, mientras que la deshidratación muscular tiene un papel menor. Y 5) Probablemente, al menos 3 gramos de agua son necesarios por cada gramo de glucógeno resintetizado en el músculo esquelético. Ratios mayores son posibles debido al agua almacenada en el músculo no asociada al glucógeno.


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